Luego de varios meses de reflexión y aprendizaje, he descubierto 2 nuevas pasiones: la filosofía y la economía, y sobre todo, me he replanteado las cosas importantes en la vida. Quizás, sin la cuarentena tan estricta que vivimos en el país, jamás habría llegado a las conclusiones a las que llegué, al menos no tan rápidamente. El optimismo está en desuso y quejarse está de moda, pero algo positivo hay que sacar de todo esto, y es que los tiempos difíciles crean personas fuertes.
Y en tiempos así, se aprende a disfrutar de las cosas sencillas, a ser agradecidos y a valorar lo que en momentos más prósperos quizás damos por sentado, como la salud, las personas que queremos, y, entre otras cosas, la libertad.
Y hoy, viernes 15 de enero de 2021, disfrutando de un té (a falta de un chocolate o un café), déjame hablarte acerca de la libertad.
Y es que ésta es más que una palabra bonita que nos recuerda a algunas películas épicas, al espíritu de los Estados Unidos o parte del lema de la república Francesa. Es un derecho fundamental, y como tal, hay que preservarlo.
Más allá de interpretaciones políticas que puedan hacerse sobre este mensaje, mi mayor consejo para quien me lea en este momento es el siguiente : Sé libre.
Ese derecho tiene, por supuesto, una responsabilidad, y ahí es donde la gente cede, ya que no todos quieren asumirla.
Sin embargo, no hay mayor felicidad y tranquilidad que las que se tienen cuando gozas de libertad. Teniendo una verdadera libertad intelectual te deshaces de los dogmas y las ideologías, tienes menos prejuicios, desarrollas el escepticismo (con lo cual te engañan menos), abres tu mente, y sobre todo, pierdes poco a poco ese orgullo y ego tóxicos que a veces no nos dejan pensar con claridad, pues reemplazas las emociones por un pensamiento más racional, basado en los datos, la evidencia y en los hechos. En consecuencia, desarrollas una relación mucho más sana contigo y con los demás.
No sientes que la vida simplemente te pasa, de manera pasiva. Tomas el control de tu vida, eres tu propio líder, en lugar de idolatrar a otros y no culpabilizas a los demás por las cosas que te suceden. Juzgas menos, te quejas menos y actúas más.
Por otra parte, si buscas y consigues la libertad financiera, evitas verlo todo con la perspectiva del dinero, no eres esclavo del mismo, ganas autonomía y tranquilidad.
Por eso, a mi filosofía de vida he añadido el siguiente lema: "sé libre", y de momento, aunque estamos en una época en que la libertad está en declive, estoy tomando las decisiones que realmente deseo, sin ataduras, sin miedo. Ser libre es muy gratificante.
Por supuesto, sé que no todos estarán de acuerdo conmigo, o les dará igual. Detrás de todo esto hay una reflexión sincera a partir de la experiencia, que ojalá a alguien le sirva, pero, sobre todo, sé que me sirve a mi misma.
¿Tienes algún lema o filosofía de vida? ¿Cuáles son tus objetivos? déjame tus comentarios abajo.
¡Gracias por leerme y feliz viernes!
Buen lema :)
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